04 marzo, 2012

Mi primera maratón, una historia más


Desde el momento que crucé la meta en la Maratón de Chicago he querido escribir todo lo que sentí ése día, fueron tantas sensaciones y sentimientos que cada vez que tengo la oportunidad de recordar y/o hablar de la maratón se me iluminan y llenan de lágrimas los ojos, siento que se me desborda la felicidad al poder contar lo que ha sido ésta experiencia inclusive al tratar de narrarla me cuesta encontrar los adjetivos correctos o que describan de manera adecuada lo que sentí ese día. Han pasado varios  meses y me doy cuenta que no sólo fue la maratón sino la exquisita combinación de situaciones, lugares y personas que giran a su alrededor entre estos incluyo el viaje, la ciudad, los amigos, la compañia, el entrenamiento, los consejos, los buenos deseos, el tiempo invertido, el sacrificio, mi familia, mi salud y todo lo que tuvo que ver con que pudiera correrla...

En la madrugada del 9 de octubre del año 2011 nos dirigimos mis compañeros de cuarto y yo al Lobby del Hotel Hyatt Regency McCormick Place “listos para correr una maratón” donde nos quedamos de ver con el resto de corredores ticos seguidamente salimos del hotel a hacer fila para tomar el bus y mientras esperamos que llegara entre risas, susto, ansied,ad y emoción nos saludamos como si no hubiéramos pasado los últimos días juntos tratamos de disimular el miedo, emoción del momento y no importaba si era la primera, segunda o quinta maratón puedo asegurar que todos sentimos esa cosa que se “carcome” al estómago, las famosas “maripositas”.

En la línea de salida sentí que no estaba ahí, que era como una película, no podía creer donde me encontraba y mucho menos los 42kms que me esperaban en ese momento recordé que habían pasado 8 meses desde que me inscribí y aún mas tiempo desde que decidí inscribirme, me parece que cuando uno se inscribe por primera vez es porque crees  que lo puedes hacer y es cuando viene el “Yo puedo, SI y sólo SI, creo que puedo”. Continúo mirando a mi alrededor trato observar los rayos de sol, las personas, los colores, el olor, los edificios, las hojas de los árboles y el fantastico color que les da el otoño  no quiero perder ni un sólo detalle de ese instante así pasé un gran rato cuando me percato que la marea de corredores comienza a moverse y noto que han dado el banderazo de salida aunque la verdad no sé si fue banderazo, pito ó balazo debido a que estábamos ubicamos como unos 500 mts atrás era increíble ver tal multitud. Tardamos unos 15 minutos desde el banderazo hasta que logramos pasar la plataforma donde se encontraba la línea de salida en ése momento fue cuando me encomendé a Dios y comencé a trotar. Yo iba con dos amigas y otro par de compañeros ticos que durante los primeros minutos nos contaron que una promesa de hace 20 años fue el motivo de correr la marathon lo que me hace meditar que todos tenemos un motivo, algo que nos impulsa a imponernos retos y que cada uno tiene una historia diferente que contar.

Yo tuve la dicha de poder correr durante 26.2 millas con una amiga, logramos ir juntas todo el trayecto en el cual hablamos de lo que veíamos, contamos historias o decíamos alguna que otra tontera también reimos mucho aunque fuera sin motivo además durante gran parte del recorrido tratamos de hacer las matemáticas de cuantos kilómetros o millas llevábamos, cuantos nos 
faltaban y las conversions todo era bueno para entretenerse. Cada 5kms al pasar por plataforma hacíamos una “danza” nos dábamos la mano, y brincabamos como un paso doble sobre la plataforma con el fin de que marcara nuestro tiempo y los que estuvieran en Costa Rica siguiéndonos no se preocuparan luego continuábamos nuestro camino. De las cosas bonitas que hicimos fue que cuando pasamos por una esquina habian alrededor de unos 15 muchachos con carteles que decian “free hugs right here” obvio pasamos por un abrazo no se podía desperdiciar la oportunidad, lo que me recuerda unos venezolanos muy atractivos en la salida que nos gritaron “Pura Vida” que lindo es escuchar eso en otro país o “Vamos Costa Rica” era como que te pegaran un empujón para seguir corriendo. También tomamos muchas fotos yo llevaba mi cámara y confieso que cuando pensé en hacerlo supe que en algún momento la podía tirar pero gracias a ella pude tomar fotos a los tableros electrónicos que llevaban el tiempo de la milla 1 a la milla 25 y a mucho del entretenimiento que hay en el recorrido. Entre las cosas que vimos fue coreografías de Lady Gaga y militares con rifles en el barrio Gay, pasamos por un lugar panameño con reggaeton, por el consulado Mexicano que daban tequila y muy amablemente nos aplaudieron y dijeron con un micrófono “Viva Costa Rica, vivan las ticas”, por el Barrio Chino que es una exhibición increible hubo además muchas porristas y bandas que animaban en los parques indiscutible entendí porque se dice que la ciudad de Chicago se vuelca a la fiesta de la maratón. Es un espectáculo de 42kms.

 Como contaba tomé fotos hasta la milla 25 estando ahí guardé la cámara y me traté de concentrar, lo que no me sirvió mucho porque en esa milla los sentimientos, las personas que amo y emociones fluían por todo mi ser por lo que se me hizo un nudo en la garganta sin que me dejara respirar y me quisiera dar como un “yeyo”, medio lloré pero no podía, no sabía que me sucedia, y luego entendí que estaba pasando por un momento maravilloso, único que nunca antes había sentido y aunque traté de tranquilizarme y seguir no fue hasta que mi amiga me dijo “Contrólese en la meta lloramos” y lo único que pude responder fue “Ya nos comimos ésto!”, suspiré, traté de respirar de nuevo, y me trate de controlar comprendí que tenía una meta que cruzar. Al rato vi la esquina de subway (donde habíamos desayunado días antes), note que con cada paso que dabamos se veía mas gente estabamos cerca de la meta, ya respiraba bien y me reía de la emoción continuamos corriendo unos metros más y doblamos, nos encontrabamos en la recta final, ya se veía la meta, unos 100 mts antes nos dimos la mano sin dejar de correr para entrar a la meta segundos después de haber logrado nuestro objetivo nos dimos un abrazo entre risas, llanto, nostalgia, alegría, lo logramos, corrimos la maratón de Chicago, corer con alguien que conoces es algo único simplemente luego del abrazo continuamos caminando nos pusieron las medallas y nos dijeron “Felicidades Maratonistas”, wow, Sómos maratonistas!.

Es extraordinario y propio el sentimiento de cuando logramos llegar a la meta ó superar una prueba aunque miles de millones de personas lo hayan hecho también pero por eso es que cada maratonista tiene historia de maratón.